jueves, 12 de febrero de 2009
Aporte al debate hacia el VII ELAOPA, por TSL
El siglo XXI encontró a los pueblos latinoamericanos construyendo respuestas frente al modelo neoliberal. La resistencia popular aunque desigual se manifestó en todos los países de la región. El movimiento obrero organizado fue parte de esa resistencia junto a otras organizaciones sociales que se dio la clase trabajadora y los distintos sectores populares.
Debemos entender a los gobierno de Sudamérica como una consecuencia de esa resistencia, como una forma que se dieron las clases dominantes para canalizar institucionalmente las aspiraciones y reivindicaciones de nuestros pueblos. Los gobiernos de nuestros países manifiestan, por un lado fracturas con el modelo neoliberal pero también la continuidad del mismo. En la mayoría de los casos no se avanzó contra la concentración de la riqueza, ni se freno la expoliación de nuestros recursos por parte de las trasnacionales, tampoco se revertieron la tendencia a la precarización del trabajo y la mercantilizació n de los derechos, la seguridad y los servicios sociales.
Venezuela y Bolivia, junto a Cuba parecen ser las excepciones donde se perciben proyectos de transformació n profundos que trastocan los fundamentos del neoliberalismo. La constante agresión yanqui para los procesos sociales en curso en estos dos países confirman nuestra afirmación.
En Argentina el movimiento obrero como tal estuvo ausente en el histórico diciembre del 2001. Fueron los trabajadores desorganizados junto a los desocupados y sus organizaciones el sector más dinámico de aquella etapa. Pero a la par que repuntó la situación económica proliferaron los conflictos gremiales con eje en el salario primero y con posterioridad los sectores mejor organizados lograron recuperar reivindicaciones perdidas y avanzar en mejoras en las condiciones de trabajo y contratación. Paralelamente algunos sectores de precarizados dieron pelea por el “blanqueo” o por el encuadramiento gremial y el respeto de las convenciones colectivas. También, hay que destacar la importante cantidad de empresas que cerradas por los patrones, fueron recuperadas y puestas a producir por los trabajadores.
La mayoría de estos procesos ocurrieron y ocurren al margen de las estructuras sindicales controladas por la burocracia. Los conflictos más trascendentes se desenvolvieron en el marco de instancias gremiales de base: sindicatos de base, comisiones internas o cuerpos de delegados. La fuerte participación de los trabajadores/ as como los importantes niveles de acción directa fueron el denominador común de todos los conflictos donde se logró desbordar a la burocracia.
Así el movimiento sindical desplazó a los desocupados como sector más dinámico de la lucha de clases.
No obstante, como marco general, observamos una clara firmeza de la patronal expresada en los diversos conflictos que concluyeron en derrotas con el descabezamiento de delegados y comisiones internas combativas.
También observamos en los últimos dos años una recuperación en la capacidades de control de la burocracia, que fortaleció su posición a partir de los acuerdos con el gobierno pero también a partir de un mayor presencia en la base con militancia propia o a través del uso de la violencia.
Más allá de algunas experiencias de vanguardia, el conjunto movimiento obrero continúa en grados de conciencia y organización reivindicativo/ gremial: la tasa de sindicalizació n alcanza el 37 por ciento, aunque si se incluye el total de asalariados (registrados y no registrados) ese indicador desciende al 20 por ciento. Porcentajes elevados en comparación con otros países de la región pero muy bajos en términos históricos para el movimiento obrero local.
Por otra parte los trabajadores no logramos recuperar, a pesar del crecimiento económico del periodo 2003-2008, la participación en el ingreso, no ya de la época del estado benefactor, sino la anterior a la crisis del 2001.
Superar la actual situación en una perspectiva revolucionaria supone un trabajo militante de largo aliento. Es claro que toda política sindical que pretenda ser de masas deberá partir de atender los problemas reivindicativos y ofrecer alternativas para la concreción de los mismos y para ello, es insustituible la participación, el protagonismo de las bases. De allí que consideremos que las formas de acumulación principal para esta etapa son la organización en el lugar de trabajo y las agrupaciones gremiales. Por agrupaciones entendemos organismos estables, estructurados, que desarrollen una acción permanente tratando de influir sobre las orientaciones del gremio. Pensamos que en las agrupaciones hay que proceder con amplitud, sin sectarismos, pero sobre la base de posiciones claras y definidas en base en nuestros principios: la solidaridad y la unidad de clase, la acción directa, la democracia de base y la independencia del estado, la iglesia y los partidos políticos.
Pero una acción sindical revolucionaria no puede quedarse en las reivindicaciones inmediatas ni puede conformarse con los límites del gremio. Por eso pensamos indispensable avanzar hacia la articulación de una corriente político-sindical clasista cuya base serán las agrupaciones gremiales. Corriente que nos permita recuperar y transformar los sindicatos, pero más importante aún que nos permita, en unidad con el junto de las organizaciones populares avanzar en la construcción de un proyecto de cambio social hacia el socialismo y la libertad.
Debemos entender a los gobierno de Sudamérica como una consecuencia de esa resistencia, como una forma que se dieron las clases dominantes para canalizar institucionalmente las aspiraciones y reivindicaciones de nuestros pueblos. Los gobiernos de nuestros países manifiestan, por un lado fracturas con el modelo neoliberal pero también la continuidad del mismo. En la mayoría de los casos no se avanzó contra la concentración de la riqueza, ni se freno la expoliación de nuestros recursos por parte de las trasnacionales, tampoco se revertieron la tendencia a la precarización del trabajo y la mercantilizació n de los derechos, la seguridad y los servicios sociales.
Venezuela y Bolivia, junto a Cuba parecen ser las excepciones donde se perciben proyectos de transformació n profundos que trastocan los fundamentos del neoliberalismo. La constante agresión yanqui para los procesos sociales en curso en estos dos países confirman nuestra afirmación.
En Argentina el movimiento obrero como tal estuvo ausente en el histórico diciembre del 2001. Fueron los trabajadores desorganizados junto a los desocupados y sus organizaciones el sector más dinámico de aquella etapa. Pero a la par que repuntó la situación económica proliferaron los conflictos gremiales con eje en el salario primero y con posterioridad los sectores mejor organizados lograron recuperar reivindicaciones perdidas y avanzar en mejoras en las condiciones de trabajo y contratación. Paralelamente algunos sectores de precarizados dieron pelea por el “blanqueo” o por el encuadramiento gremial y el respeto de las convenciones colectivas. También, hay que destacar la importante cantidad de empresas que cerradas por los patrones, fueron recuperadas y puestas a producir por los trabajadores.
La mayoría de estos procesos ocurrieron y ocurren al margen de las estructuras sindicales controladas por la burocracia. Los conflictos más trascendentes se desenvolvieron en el marco de instancias gremiales de base: sindicatos de base, comisiones internas o cuerpos de delegados. La fuerte participación de los trabajadores/ as como los importantes niveles de acción directa fueron el denominador común de todos los conflictos donde se logró desbordar a la burocracia.
Así el movimiento sindical desplazó a los desocupados como sector más dinámico de la lucha de clases.
No obstante, como marco general, observamos una clara firmeza de la patronal expresada en los diversos conflictos que concluyeron en derrotas con el descabezamiento de delegados y comisiones internas combativas.
También observamos en los últimos dos años una recuperación en la capacidades de control de la burocracia, que fortaleció su posición a partir de los acuerdos con el gobierno pero también a partir de un mayor presencia en la base con militancia propia o a través del uso de la violencia.
Más allá de algunas experiencias de vanguardia, el conjunto movimiento obrero continúa en grados de conciencia y organización reivindicativo/ gremial: la tasa de sindicalizació n alcanza el 37 por ciento, aunque si se incluye el total de asalariados (registrados y no registrados) ese indicador desciende al 20 por ciento. Porcentajes elevados en comparación con otros países de la región pero muy bajos en términos históricos para el movimiento obrero local.
Por otra parte los trabajadores no logramos recuperar, a pesar del crecimiento económico del periodo 2003-2008, la participación en el ingreso, no ya de la época del estado benefactor, sino la anterior a la crisis del 2001.
Superar la actual situación en una perspectiva revolucionaria supone un trabajo militante de largo aliento. Es claro que toda política sindical que pretenda ser de masas deberá partir de atender los problemas reivindicativos y ofrecer alternativas para la concreción de los mismos y para ello, es insustituible la participación, el protagonismo de las bases. De allí que consideremos que las formas de acumulación principal para esta etapa son la organización en el lugar de trabajo y las agrupaciones gremiales. Por agrupaciones entendemos organismos estables, estructurados, que desarrollen una acción permanente tratando de influir sobre las orientaciones del gremio. Pensamos que en las agrupaciones hay que proceder con amplitud, sin sectarismos, pero sobre la base de posiciones claras y definidas en base en nuestros principios: la solidaridad y la unidad de clase, la acción directa, la democracia de base y la independencia del estado, la iglesia y los partidos políticos.
Pero una acción sindical revolucionaria no puede quedarse en las reivindicaciones inmediatas ni puede conformarse con los límites del gremio. Por eso pensamos indispensable avanzar hacia la articulación de una corriente político-sindical clasista cuya base serán las agrupaciones gremiales. Corriente que nos permita recuperar y transformar los sindicatos, pero más importante aún que nos permita, en unidad con el junto de las organizaciones populares avanzar en la construcción de un proyecto de cambio social hacia el socialismo y la libertad.
miércoles, 11 de febrero de 2009
CRONOGRAMA VII ELAOPA
CRONOGRAMA VII ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ORGANIZACIONESPOPULARES AUTONOMAS LUJAN - BUENOS AIRES 2009
27, 28 DE fEBRERO y 1º MARZO EN EL CAMPO UNIVERSITARIO DE LUJAN
VIERNES 27 DE FEBRERO:
Llegada de las delegaciones participantes y Acreditación17 hs MeriendaACTIVIDADES DE APERTURA: a partir de las 18 hs22 hs Cena
SABADO 28 DE FEBRERO:
9 hs APERTURA: Presentación de las organizaciones participantes, lectura decronograma y metodología del encuentro.Comisiones de Discusión
27, 28 DE fEBRERO y 1º MARZO EN EL CAMPO UNIVERSITARIO DE LUJAN
VIERNES 27 DE FEBRERO:
Llegada de las delegaciones participantes y Acreditación17 hs MeriendaACTIVIDADES DE APERTURA: a partir de las 18 hs22 hs Cena
SABADO 28 DE FEBRERO:
9 hs APERTURA: Presentación de las organizaciones participantes, lectura decronograma y metodología del encuentro.Comisiones de Discusión
10 hs Inicio de discusión en comisiones13 hs Almuerzo14.30 hs Comisiones de Discusión
19.30 hs Entrega de conclusiones de las comisiones
20.30 hs Actividades, paneles y talleres
22hs Cena
ACTIVIDAD RECREATIVA
Comisiones propuestas: Estudiantil - Territorial - Sindical - Género - Salud -Comunicación y Cultura
EJES DISPARADORES PARA LAS COMISIONES
¿Cual es la realidad del país y su relación con Latinoamérica?¿Qué está haciendo cada organización y como construye Poder Popular?¿Como podemos articularnos desde nuestra especificidad?
Aportes para la discusión: Conclusiones del VI ELAOPA - Brasil y materiales desarrollados por los participantes delVII ELAOPA. La recepción y distribución de materiales y aportes propuestos por los participantes se realizará hastael día 20 de febrero a efectos de que puedan ser discutidos previamente por las organizaciones.
DOMINGO 1º MARZO: PLENARIO DE CIERRE
9 a 13 hs 1º Parte: Conclusiones, propuestas y síntesis de lo discutido en las Comisiones13 hs Almuerzo
15 a 18 hs 2º Parte: Conclusiones generales sobre los ejes del encuentro: PoderPopular y Articulación Regional
Perspectivas de Coordinación y Próximo Encuentro
Merienda y ACTIVIDAD DE CIERRE
Merienda y ACTIVIDAD DE CIERRE
RADIO ELAOPA TRANSMITIRA EN VIVO DURANTE TODO EL ENCUENTRO. INVITAMOS A LAS ORGANIZACIONESA PARTICIPAR LLEVANDO SUS ARCHIVOS DE AUDIO O INfORMES AL ENCUENTRO.
INSCRIPCION Y UBICACION DEL ENCUENTRO
La inscripción al VII ELAOPA se encuentra abierta a todas las organizaciones de base, autónomas e independientes del estado.Los formularios se encuentran en la página de elaopa y se sugiere completarlos a efectos de que desde la comisión organizadorapodamos anticipar la cantidad de personas y delegaciones participantes, para garantizar la estadía, comida e infraestructuranecesarias.Al momento de acreditarse las organizaciones, se cobrará un bono simbólico de $10 (pesos argentinos) para cubrir parte delcosto de almuerzo, merienda y cena durante los tres días.En el predio del encuentro se acondicionarán espacios para el alojamiento de los participantes. Sugerimos que cada personatraiga una bolsa de dormir, plato y cubiertos. a su vez habrá espacio para que las organizaciones participantes puedan poner unamesa de difusión, carteleras o banderas.
¿Cómo llegar?
EN TREN (T.B.A - TRENES DE BUENOS AIRES)ONCE-MORENO - MORENO-UNIVERSIDAD DE LUJAN
El servicio de trenes sale desde Estación Once (en el barrio de Once), la línea de trenes es la línea Sarmiento de T.B.A.(Trenesde Buenos Aires) y une ONCE (Capital Federal) con MERCEDES (Provincia de Buenos Aires).
El viaje hasta la Estación Universidad de Luján se realiza con trasbordo en la Ciudad de Moreno.costo aproximado: $3.50TRAYECTO DE ESTACIONES:ONCE - CABALLITO - FLORES - FLORESTA - VILLA LURO - LINIERS - CIUDADELA - RAMOS MEJÍA - HAEDO -MORÓN - CASTELAR - ITUZAINGÓ - SAN ANTONIO DE PADUA - MERLO - PASO DEL REY - MORENO (TRASBORDO)- LA REJA - FRANCISCO ÁLVAREZ - PABLO MARÍN - MALVINAS - GENERAL RODRÍGUEZ - LA FRATERNIDAD- LEZICA Y TORREZURI - UNIVERSIDAD DE LUJAN - (NO en Luján que es la estación siguiente)También se puede tomar el 57 en Moreno hasta la Universidad de Lujan
EN COLECTIVO
EN COLECTIVO
Línea 57 - PALERMO - LUJAN – MERCEDES ó PLAZA MISERERE (ONCE)-LUJAN (Transporte Atlántida SAC.Servicio EXPRESS o Rápido Por Autopista.)El servicio de la línea 57 sale desde Plaza Italia (Palermo) frente a la puerta principal del acceso a la Sociedad Rural Argentina(conocida cómo "La Rural").
Si el boleto es adquirido en ése lugar existe una garita de expendio de boletos en donde podesabonar con billetes.
Si accedés al servicio en algún punto del recorrido (más abajo detallado) te recomendamos llevar monedaspara poder sacar boleto en las máquinas expendedoras que llevan los colectivos.
Para información de horarios y costos de boletos comuníquese al 02323 43-4957 (Empresa Atlántida) ó a la Terminal deLuján 02323 42-0044.costo aproximado: $10Línea 57 PLAZA MISERERE (ONCE) - LUJÁN Transporte Atlántida SAC.Recorrido de esta línea:Plaza Miserere - Av, Jujuy - Cochabamba - Catamarca - Autopista 25 de Mayo - Autopista Perito Moreno - Autopista delOeste - Empalme con Ruta Nacional Nº 5 - Constitución - San Martín - Humberto 1º - Carlos pellegrini - Av. Nuestra Señorade Luján - Terminal Plataforma Nº 13.PARADAS DEL RECORRIDO: PLAZA MISERERE - AV. JUJUY Y AV. SAN JUAN - LA REJA (SUBIDA PUENTE AU) -FRANCISCO ÁLVAREZ (SUBIDA PUENTE AU) - GRAL. RODRIGUEZ BAJADA E INTERSECCIÓN CON RUTA PROV. 28- PARADA U.N.L.U (UNIVERSIDAD DE LUJAN)
EN AUTOMÓVIL: Los accesos a Luján por Automóvil son a través de las rutas nacionales N° 5 y 7, autopistas deloeste y rutas provinciales N° 6, 192 y 47. La concesionaria de Autopistas del Oeste es Nuevas Rutas S. A. con sedeen la Ruta Nacional Nº5 Km. 65,800. (6700) Luján - Provincia de Bs. As. TEL: (54) (02323) 430970 / 427784.
EN AUTOMÓVIL: Los accesos a Luján por Automóvil son a través de las rutas nacionales N° 5 y 7, autopistas deloeste y rutas provinciales N° 6, 192 y 47. La concesionaria de Autopistas del Oeste es Nuevas Rutas S. A. con sedeen la Ruta Nacional Nº5 Km. 65,800. (6700) Luján - Provincia de Bs. As. TEL: (54) (02323) 430970 / 427784.
CONVOCATORIA VII ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ORGANIZACIONES POPULARES AUTONOMAS- 27,28 de FEBRERO Y 1º de MARZO- LUJAN ARGENTINA 2009
El primer Encuentro Latinoamericano de Organizaciones Populares Autónomas (ELAOPA) se realizó en enero del 2003 paralelo al FORO SOCIAL MUNDIAL. Luego de Brasil el encuentro recorrió Bolivia (2004), Argentina (2005), Uruguay (2006), Chile (2007) y Brasil (2008). Como pueblos y organizaciones en lucha creemos que a través de la coordinación y articulación es posible fortalecer la construcción de poder popular, una construcción con participación de todas y todos, manteniendo la autonomía frente a los partidos políticos, el estado y sus gobiernos, ONG y empresas, y todos aquellos que nos digan que hacer con estructuras autoritarias y alejadas de nuestra realidad. Es decir cuando hablamos de poder popular hablamos de que el pueblo tenga capacidad de resolver sus problemas por sí mismo, sin delegar en otros.
ver más www.elaopa.org
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elaopa septimo encuentro
Sobre bases y vanguardias
Sobre bases y vanguardias. Un aporte a la discusión.
Partimos del reconocimiento de la existencia de compañeros, en nuestros lugares de trabajo, sindicatos o gremios, con distintos niveles de conciencia y comprensión respecto al funcionamiento del capitalismo y la relación estado-burguesía. Aquellos y aquellas compañeras más formados se destacan por su visión a mediano y largo plazo, acerca de cómo encarar las luchas para lograr conquistas y cómo articularlas en una perspectiva de ruptura con el sistema capitalista.
No menos cierto es que muchas veces esta realidad hizo que esta clase de compañeros/as se conciban a si mismos como vanguardia.
El “vanguardismo” produjo grandes reveses al conjunto de la clase trabajadora. El desprecio y la subestimación de las capacidades de las bases1 conduce al aislamiento y este a generar política desde “microclimas” militantes con poco sustento en la realidad.
“Ahí viene el zurdo loco a dar a la lata de vuelta” esta y no otra es la visión de los compañeros de trabajo ante las autodenominadas vanguardias...
Por eso creemos que hay que detenerse a observar adecuadamente que relación debe tener esa minoría activa y consciente con el resto de la sociedad en general y con los compañeros de trabajo en particular.
Si somos clasista, si o si, tenemos que tener estructuras adecuadas para que los intereses de clase sean realmente representados. No basta con decir que uno lucha por los intereses de los trabajadores, hace falta que la clase se proyecte como sujeto político, que cree sus organismos y que finalmente lleve adelante un proyecto de ruptura con el sistema capitalista. Para que esto ocurra hay que generar espacios de participación para que en cada organismo de decisión, sean los mismo afectados los que decidan que rumbo quieren seguir. Pensamos que por medio de la propaganda, la solidaridad de clase y la formación conseguimos ser cada vez mas los que luchamos por un mundo distinto. De ningún modo queremos que nos sigan porque “somos lo mejor de la clase”, lo que queremos es que los explotados tomen conciencia de su explotación, se organicen y luchen por el cambio social.
Bien, pero para que esto pueda concretarse y sea practicable a un gran numero de personas, hay que hacer especial hincapié en lo que se refiere a la organización. Es imposible realizar una asamblea de 3000 personas y que el debate pueda ser provechoso, queda claro que nuestra propuesta de democracia directa no puede ser que las cosas se decidan en una asamblea de esa magnitud. De alguna manera hay que organizarse, pero entrar en esa discusión no es el objetivo de este articulo.
Volviendo al punto anterior e íntimamente relacionado con el rol del “dirigente”, compañeros de otras tendencias ideológicas plantean que esta bien delegar totalmente en el dirigente porque eso es lo adecuado, que sin dirigentes “la cosa no camina…”, “es natural que existan dirigentes”, etc. Nuestro punto de vista es que si los organismo son verdaderamente democráticos estos dirigentes no existen, ya que la única función de un dirigente es dirigir, y si las decisiones se toman en forma colectiva y se fomenta el debate y la participación fraternal las opiniones que tengan todos los compañeros serán tenidas en cuenta, y en el peor de los casos habrá propuestas por la mayoría y por la minoría, pero la opinión de un individuo no pesara mas que la de otro2. A modo de ejemplo cabe recordar que el origen de gran parte de la burocracia sindical, se debe a que hubo grandes luchadores que se ganaron el respeto de sus compañeros para después traicionarlos (no el primero pero si emblemático el caso de Vandor). Es por eso que surge, como construcción histórica de la propia clase la “democracia directa” para no depender de la conciencia individual (“quedate tranqui…si algún día me hago burócrata bajame de un hachazo”) y poner los limites para evitar cualquier germen de burocratización. Es una reflexión y maduración de la conciencia de clase que en la búsqueda de su liberación aprende de sus experiencias históricas, no es algo menor. Por otro lado, el dirigente no es quién marca la dirección: la dirección es el resultado político de las fuerzas que actúan dentro del movimiento obrero, marcadas por sus sectores más dinámicos. Al ser resultado político, es impersonal. El dirigente, en cambio, encarna una relación personal de uno con muchos, dónde los muchos son dirigidos. Si bien el dirigente puede consultar a estos muchos los que terminan tomando las decisiones de orientación son pocos. Estamos en contra de esta relación.
Por lo tanto, estamos a favor de delegar en cualquier compañero cualquier asunto siempre y cuanto haya sido debatido por el conjunto y este lleve mandato y lo respete, es mas estamos a favor de rotar a los delegados para que todos se formen en la practica y que cada vez haya menos compañeros imprescindibles o tomando la definición de Bertold Breh más compañeros imprescindibles.
El clasismo es el primer paso para combatir la fragmentación y practicar la solidaridad así como la democracia directa forma a la clase como sujeto político y no debe ser vista como una simple herramienta, no es una cuestión de forma, estatutaria, es de programa, es política.
Si bien este termino no nos gusta mucho lo vamos a utilizar al no disponer de uno mejor, en todos los casos nos referimos a la gran mayoría de individuos que o bien están despolitizados o no son militantes activos
2. Es verdad que hay compañeros que tienen intervenciones mas provechosas, que son carismáticos, admirados, inteligentes, etc. que el resto, no negamos eso, lo que decimos es que eso no debe reflejarse en las estructuras orgánicas
Partimos del reconocimiento de la existencia de compañeros, en nuestros lugares de trabajo, sindicatos o gremios, con distintos niveles de conciencia y comprensión respecto al funcionamiento del capitalismo y la relación estado-burguesía. Aquellos y aquellas compañeras más formados se destacan por su visión a mediano y largo plazo, acerca de cómo encarar las luchas para lograr conquistas y cómo articularlas en una perspectiva de ruptura con el sistema capitalista.
No menos cierto es que muchas veces esta realidad hizo que esta clase de compañeros/as se conciban a si mismos como vanguardia.
El “vanguardismo” produjo grandes reveses al conjunto de la clase trabajadora. El desprecio y la subestimación de las capacidades de las bases1 conduce al aislamiento y este a generar política desde “microclimas” militantes con poco sustento en la realidad.
“Ahí viene el zurdo loco a dar a la lata de vuelta” esta y no otra es la visión de los compañeros de trabajo ante las autodenominadas vanguardias...
Por eso creemos que hay que detenerse a observar adecuadamente que relación debe tener esa minoría activa y consciente con el resto de la sociedad en general y con los compañeros de trabajo en particular.
Si somos clasista, si o si, tenemos que tener estructuras adecuadas para que los intereses de clase sean realmente representados. No basta con decir que uno lucha por los intereses de los trabajadores, hace falta que la clase se proyecte como sujeto político, que cree sus organismos y que finalmente lleve adelante un proyecto de ruptura con el sistema capitalista. Para que esto ocurra hay que generar espacios de participación para que en cada organismo de decisión, sean los mismo afectados los que decidan que rumbo quieren seguir. Pensamos que por medio de la propaganda, la solidaridad de clase y la formación conseguimos ser cada vez mas los que luchamos por un mundo distinto. De ningún modo queremos que nos sigan porque “somos lo mejor de la clase”, lo que queremos es que los explotados tomen conciencia de su explotación, se organicen y luchen por el cambio social.
Bien, pero para que esto pueda concretarse y sea practicable a un gran numero de personas, hay que hacer especial hincapié en lo que se refiere a la organización. Es imposible realizar una asamblea de 3000 personas y que el debate pueda ser provechoso, queda claro que nuestra propuesta de democracia directa no puede ser que las cosas se decidan en una asamblea de esa magnitud. De alguna manera hay que organizarse, pero entrar en esa discusión no es el objetivo de este articulo.
Volviendo al punto anterior e íntimamente relacionado con el rol del “dirigente”, compañeros de otras tendencias ideológicas plantean que esta bien delegar totalmente en el dirigente porque eso es lo adecuado, que sin dirigentes “la cosa no camina…”, “es natural que existan dirigentes”, etc. Nuestro punto de vista es que si los organismo son verdaderamente democráticos estos dirigentes no existen, ya que la única función de un dirigente es dirigir, y si las decisiones se toman en forma colectiva y se fomenta el debate y la participación fraternal las opiniones que tengan todos los compañeros serán tenidas en cuenta, y en el peor de los casos habrá propuestas por la mayoría y por la minoría, pero la opinión de un individuo no pesara mas que la de otro2. A modo de ejemplo cabe recordar que el origen de gran parte de la burocracia sindical, se debe a que hubo grandes luchadores que se ganaron el respeto de sus compañeros para después traicionarlos (no el primero pero si emblemático el caso de Vandor). Es por eso que surge, como construcción histórica de la propia clase la “democracia directa” para no depender de la conciencia individual (“quedate tranqui…si algún día me hago burócrata bajame de un hachazo”) y poner los limites para evitar cualquier germen de burocratización. Es una reflexión y maduración de la conciencia de clase que en la búsqueda de su liberación aprende de sus experiencias históricas, no es algo menor. Por otro lado, el dirigente no es quién marca la dirección: la dirección es el resultado político de las fuerzas que actúan dentro del movimiento obrero, marcadas por sus sectores más dinámicos. Al ser resultado político, es impersonal. El dirigente, en cambio, encarna una relación personal de uno con muchos, dónde los muchos son dirigidos. Si bien el dirigente puede consultar a estos muchos los que terminan tomando las decisiones de orientación son pocos. Estamos en contra de esta relación.
Por lo tanto, estamos a favor de delegar en cualquier compañero cualquier asunto siempre y cuanto haya sido debatido por el conjunto y este lleve mandato y lo respete, es mas estamos a favor de rotar a los delegados para que todos se formen en la practica y que cada vez haya menos compañeros imprescindibles o tomando la definición de Bertold Breh más compañeros imprescindibles.
El clasismo es el primer paso para combatir la fragmentación y practicar la solidaridad así como la democracia directa forma a la clase como sujeto político y no debe ser vista como una simple herramienta, no es una cuestión de forma, estatutaria, es de programa, es política.
Si bien este termino no nos gusta mucho lo vamos a utilizar al no disponer de uno mejor, en todos los casos nos referimos a la gran mayoría de individuos que o bien están despolitizados o no son militantes activos
2. Es verdad que hay compañeros que tienen intervenciones mas provechosas, que son carismáticos, admirados, inteligentes, etc. que el resto, no negamos eso, lo que decimos es que eso no debe reflejarse en las estructuras orgánicas
PROPUESTA A LA MILITANCIA LIBERTARIA EN EL MOVIMIENTO SINDICAL (Abril 2007)
Aproximación a un análisis de la situación del movimiento obrero
La década del 90’ se caracterizo en lo ideológico por la hegemonía de la doctrina neoliberal. La reforma del estado, las reformas laborales, la privatización de las industrias y servicios estatales y el endeudamiento eterno afectaron directamente al conjunto de los/as trabajadores/as. Esta ofensiva del capital sobre el trabajo se plasma a partir del 2002 con la mitad de los/as trabajadores/as por debajo de la línea de pobreza, niveles de desocupación jamás alcanzados en nuestro país (19%), feminización de la fuerza laboral, vaciamiento y abandono de fabricas por la patronal, una precarizacion laboral reflejada en el elevado trabajo en negro (sin jubilación, obra social, ni derechos generales básicos) y condiciones laborales de superexplotación (jornadas de mas de 10hs sin reconocimiento de extras, tareas polivalentes, desocupados trabajando a través de un subsidio estatal, fraccionamiento de vacaciones, disponibilidad del lugar de trabajo, cuentapropismo, etc.), sintetizado esto ultimo en la modificación de los convenios de trabajo.
En los últimos 30 años la industria perdió casi la mitad de su personal, mientras que en ese mismo periodo la Argentina pasa a ser un país de 20 millones a 36 millones de habitantes[1]. Al mismo tiempo que el personal ocupado en la industria en el periodo 93-01 cayo en casi un 4% anual, la productividad laboral creció mas del 3% anual. Este incremento de la productividad no solo es consecuencia de la destrucción de puestos de trabajo, sino de un proceso que involucro nuevos métodos de organización del trabajo e incorporación de nuevas tecnologías. Lo señalado lo traducimos como un firme ataque del capital sobre el trabajo, que lejos representa una consecuencia del desarrollo capitalista sino que es una necesidad del mismo y una nueva contradicción. Es un avance en la dominación del movimiento obrero que se refleja en la obtención de una mayor plusvalía.
Además de lo estructural de los actuales niveles de desocupación y sub empleo en nuestro país, la extranjerizacion de los principales resortes de la economía, la permanente flexibilización de la fuerza de trabajo y fundamentalmente la dificultad de generar empleo (proceso mundial) caracterizan la dinámica de acumulación del capitalismo dependiente argentino.
Un factor vital en todo este proceso es el rol jugado por las burocracias sindicales para el disciplinamiento del movimiento obrero, superando el simple hecho de avanzada de la burguesía en el seno del movimiento obrero. No se puede pensar en la ofensiva burguesa sin la complicidad de la burocracia sindical y los partidos patronales. Justamente una de las primeras acciones de este gobierno, en su búsqueda de consenso, fue ordenar la interna de la CGT a su favor, con el resultado de apoyar a Moyano en la dirección.
Este avance en el sometimiento del movimiento obrero la burguesía lo consolido con una batería de leyes antiobreras y flexibilizadoras (Ley de Empleo 91’, flexibilización laboral pymes 95’, ley de accidentes de trabajo 96’ y una variedad de decretos, reglamentaciones y modificaciones desde el 98’ a nuestros días).
La ofensiva burguesa y el gobierno K
“La convertibilidad y la salida devaluacionista de la misma constituyen el marco en el que se expande la precarización laboral. En 1990 la tasa de asalariados no registrados era del 25,2% y termina en el 38,5% en el 2001. Luego asciende a 44,8% en el 2003, 48,5% en el 2004 y al 46% en el 2005”[2]. Si bien el índice de la actividad industrial creció, el índice para medir un salario paso (tanto para el gobierno como para las conducciones sindicales) de ser la canasta básica familiar ($2500) a la línea de pobreza ($900). La pulverización salarial a partir de la devaluación fue clave para lograr el superávit, mientras que los aumentos por decreto como las negociaciones paritarias no lograron la recomponer el salario real.
Tanto el avance en la precarizacion laboral (aumento de asalariados no registrados, contratos firmados a la baja a cambio de “unos pesos”) como bajar el parámetro de una negociación paritaria (ya se toma el índice de pobreza en vez de la canasta básica) refleja la ofensiva desatada por la burguesía[3], que se corresponde con un retroceso de los sectores clasistas y populares en general. Desde imposibilidad de intervención conjunta del clasismo en las elecciones de CTA, pasando por las dificultades de construcción de un espacio con gran potencialidad como el MIC, el incremento en estos últimos años de conflictos laborales aislados (en su mayoría controlados por la burocracia) o la división de los movimientos de desocupados hasta la aprobación de una ley educativa que representa una “superación burguesa” de la ley Federal de Educación, son algunos aspectos que nos permiten ver este retroceso.
En nuevo contexto de discusiones salariales, los trabajadores/as debemos transformar la lucha salarial en una lucha política denunciando las ganancias de los monopolios, el histórico superávit fiscal que se va del país, a la par que enfrentamos a la burocracia sindical y al reformismo obrero. La lucha salarial no solo debe poner en evidencia el rol de la burocracia sino que tiene que generar una conciencia política que la enfrente, traduciéndose en organización. Un aumento salarial obtenido por la burocracia no lo podemos tomar como un triunfo, pero tampoco representa una derrota. La participación directa de los trabajadores/as en todo conflicto es el parámetro que con mayor atención debemos tomar para hablar de triunfo o derrota.
CRITERIOS Y METODO DE TRABAJO
Entendemos la necesidad de trabajar en al perspectiva de desarrollar una línea de acción propia, con ejes en la autonomía respecto al estado y partidos, la lucha contra la burocracia, el clasismo, la solidaridad, el antiparlamentarismo, la acción directa, la democracia directa y la unidad de acción.
Hoy impulsar la democracia directa es una tarea inmediata, implica impulsar la participación colectiva desde el lugar de trabajo, fomentando el debate, la formación y la acción colectiva, ya sea dentro de la estructura sindical y/o en un plano territorial, con el cuidado de no contraponer estas dos tareas complementarias.
La unidad de acción o sea a partir de hechos concretos, como resultado de las diversas luchas en la historia del movimiento obrero argentino, es un “valor bien asumido por el conjunto de los trabajadores”. Esta unidad de acción será positiva siempre que sea real y mantenga los intereses de la clase por encima de los sectarismos, de lo contrario puede ser contraproducente. Consecuentes con esta línea de unidad y en contraposición con la atomización del movimiento obrero, luchamos por la unidad en la acción desde abajo de los trabajadores/as de la CGT y CTA.
La lucha contra la burocracia es un proceso continuo. Su contrapartida, partiendo de la democracia directa, es una línea política de masas, o sea que tenga en cuenta siempre al conjunto de los trabajadores/as. A partir de que los intereses de una fracción se colocan por encima del conjunto, se instalan los gérmenes de una futura burocracia. Esto no significa caer en la demagogia de satisfacer al conjunto, sino que con firmeza y a partir de una correcta caracterización, debemos presentar nuestras posiciones, debatir, convencer o consensuar, pero nunca forzar acuerdos disociados del conjunto.
De la misma forma que la coyuntura plantea la necesidad de replantear el piquete como herramienta de confrontación y construcción para los trabajadores/as desocupados/as, la huelga sigue siendo la herramienta del movimiento obrero que golpea los intereses de las patronales y el estado, y al igual que el piquete debemos construirla.
UNA PROPUESTA A LOS COMPAÑEROS/AS
En el ámbito sindical mientras la relación de fuerzas para los sectores clasistas es desfavorable, con diversidad de conflictos aislados, la incidencia libertaria podría decirse nula.
El análisis inicial del movimiento obrero nos permite señalar que para comenzar colaborar en revertir una relación de fuerzas desfavorables para los trabajadores/as, entendemos necesario volcar todos los esfuerzos en construir una alternativa clasista en el seno del movimiento obrero. A la par y central, desarrollar en su seno una tendencia anarquista. Tendencia entendida como espacio o corriente político ideológica compuesta por la militancia anarquista en el movimiento obrero. Nos referimos a grupos o individuos que participando en distintos ámbitos laborales, y sin perder la identidad del grupo de pertenencia, incidamos con una sola voz en la alternativa clasista a participar y construir.
Esto lo entendemos como el punto de partida para un debate fraterno con la militancia libertaria en el ámbito sindical.
[1] De 1716900 ocupados en 1970 paso a 1089360 en 2001. Como sufrió la industria el modelo de los 90’, Clarín 16/5/2004
[2] Informe de situación laboral, Claudio Lozano (IPEF-CTA)
[3] El gobierno de Kirchner, su actual consenso, es una expresión de esta ofensiva.
La década del 90’ se caracterizo en lo ideológico por la hegemonía de la doctrina neoliberal. La reforma del estado, las reformas laborales, la privatización de las industrias y servicios estatales y el endeudamiento eterno afectaron directamente al conjunto de los/as trabajadores/as. Esta ofensiva del capital sobre el trabajo se plasma a partir del 2002 con la mitad de los/as trabajadores/as por debajo de la línea de pobreza, niveles de desocupación jamás alcanzados en nuestro país (19%), feminización de la fuerza laboral, vaciamiento y abandono de fabricas por la patronal, una precarizacion laboral reflejada en el elevado trabajo en negro (sin jubilación, obra social, ni derechos generales básicos) y condiciones laborales de superexplotación (jornadas de mas de 10hs sin reconocimiento de extras, tareas polivalentes, desocupados trabajando a través de un subsidio estatal, fraccionamiento de vacaciones, disponibilidad del lugar de trabajo, cuentapropismo, etc.), sintetizado esto ultimo en la modificación de los convenios de trabajo.
En los últimos 30 años la industria perdió casi la mitad de su personal, mientras que en ese mismo periodo la Argentina pasa a ser un país de 20 millones a 36 millones de habitantes[1]. Al mismo tiempo que el personal ocupado en la industria en el periodo 93-01 cayo en casi un 4% anual, la productividad laboral creció mas del 3% anual. Este incremento de la productividad no solo es consecuencia de la destrucción de puestos de trabajo, sino de un proceso que involucro nuevos métodos de organización del trabajo e incorporación de nuevas tecnologías. Lo señalado lo traducimos como un firme ataque del capital sobre el trabajo, que lejos representa una consecuencia del desarrollo capitalista sino que es una necesidad del mismo y una nueva contradicción. Es un avance en la dominación del movimiento obrero que se refleja en la obtención de una mayor plusvalía.
Además de lo estructural de los actuales niveles de desocupación y sub empleo en nuestro país, la extranjerizacion de los principales resortes de la economía, la permanente flexibilización de la fuerza de trabajo y fundamentalmente la dificultad de generar empleo (proceso mundial) caracterizan la dinámica de acumulación del capitalismo dependiente argentino.
Un factor vital en todo este proceso es el rol jugado por las burocracias sindicales para el disciplinamiento del movimiento obrero, superando el simple hecho de avanzada de la burguesía en el seno del movimiento obrero. No se puede pensar en la ofensiva burguesa sin la complicidad de la burocracia sindical y los partidos patronales. Justamente una de las primeras acciones de este gobierno, en su búsqueda de consenso, fue ordenar la interna de la CGT a su favor, con el resultado de apoyar a Moyano en la dirección.
Este avance en el sometimiento del movimiento obrero la burguesía lo consolido con una batería de leyes antiobreras y flexibilizadoras (Ley de Empleo 91’, flexibilización laboral pymes 95’, ley de accidentes de trabajo 96’ y una variedad de decretos, reglamentaciones y modificaciones desde el 98’ a nuestros días).
La ofensiva burguesa y el gobierno K
“La convertibilidad y la salida devaluacionista de la misma constituyen el marco en el que se expande la precarización laboral. En 1990 la tasa de asalariados no registrados era del 25,2% y termina en el 38,5% en el 2001. Luego asciende a 44,8% en el 2003, 48,5% en el 2004 y al 46% en el 2005”[2]. Si bien el índice de la actividad industrial creció, el índice para medir un salario paso (tanto para el gobierno como para las conducciones sindicales) de ser la canasta básica familiar ($2500) a la línea de pobreza ($900). La pulverización salarial a partir de la devaluación fue clave para lograr el superávit, mientras que los aumentos por decreto como las negociaciones paritarias no lograron la recomponer el salario real.
Tanto el avance en la precarizacion laboral (aumento de asalariados no registrados, contratos firmados a la baja a cambio de “unos pesos”) como bajar el parámetro de una negociación paritaria (ya se toma el índice de pobreza en vez de la canasta básica) refleja la ofensiva desatada por la burguesía[3], que se corresponde con un retroceso de los sectores clasistas y populares en general. Desde imposibilidad de intervención conjunta del clasismo en las elecciones de CTA, pasando por las dificultades de construcción de un espacio con gran potencialidad como el MIC, el incremento en estos últimos años de conflictos laborales aislados (en su mayoría controlados por la burocracia) o la división de los movimientos de desocupados hasta la aprobación de una ley educativa que representa una “superación burguesa” de la ley Federal de Educación, son algunos aspectos que nos permiten ver este retroceso.
En nuevo contexto de discusiones salariales, los trabajadores/as debemos transformar la lucha salarial en una lucha política denunciando las ganancias de los monopolios, el histórico superávit fiscal que se va del país, a la par que enfrentamos a la burocracia sindical y al reformismo obrero. La lucha salarial no solo debe poner en evidencia el rol de la burocracia sino que tiene que generar una conciencia política que la enfrente, traduciéndose en organización. Un aumento salarial obtenido por la burocracia no lo podemos tomar como un triunfo, pero tampoco representa una derrota. La participación directa de los trabajadores/as en todo conflicto es el parámetro que con mayor atención debemos tomar para hablar de triunfo o derrota.
CRITERIOS Y METODO DE TRABAJO
Entendemos la necesidad de trabajar en al perspectiva de desarrollar una línea de acción propia, con ejes en la autonomía respecto al estado y partidos, la lucha contra la burocracia, el clasismo, la solidaridad, el antiparlamentarismo, la acción directa, la democracia directa y la unidad de acción.
Hoy impulsar la democracia directa es una tarea inmediata, implica impulsar la participación colectiva desde el lugar de trabajo, fomentando el debate, la formación y la acción colectiva, ya sea dentro de la estructura sindical y/o en un plano territorial, con el cuidado de no contraponer estas dos tareas complementarias.
La unidad de acción o sea a partir de hechos concretos, como resultado de las diversas luchas en la historia del movimiento obrero argentino, es un “valor bien asumido por el conjunto de los trabajadores”. Esta unidad de acción será positiva siempre que sea real y mantenga los intereses de la clase por encima de los sectarismos, de lo contrario puede ser contraproducente. Consecuentes con esta línea de unidad y en contraposición con la atomización del movimiento obrero, luchamos por la unidad en la acción desde abajo de los trabajadores/as de la CGT y CTA.
La lucha contra la burocracia es un proceso continuo. Su contrapartida, partiendo de la democracia directa, es una línea política de masas, o sea que tenga en cuenta siempre al conjunto de los trabajadores/as. A partir de que los intereses de una fracción se colocan por encima del conjunto, se instalan los gérmenes de una futura burocracia. Esto no significa caer en la demagogia de satisfacer al conjunto, sino que con firmeza y a partir de una correcta caracterización, debemos presentar nuestras posiciones, debatir, convencer o consensuar, pero nunca forzar acuerdos disociados del conjunto.
De la misma forma que la coyuntura plantea la necesidad de replantear el piquete como herramienta de confrontación y construcción para los trabajadores/as desocupados/as, la huelga sigue siendo la herramienta del movimiento obrero que golpea los intereses de las patronales y el estado, y al igual que el piquete debemos construirla.
UNA PROPUESTA A LOS COMPAÑEROS/AS
En el ámbito sindical mientras la relación de fuerzas para los sectores clasistas es desfavorable, con diversidad de conflictos aislados, la incidencia libertaria podría decirse nula.
El análisis inicial del movimiento obrero nos permite señalar que para comenzar colaborar en revertir una relación de fuerzas desfavorables para los trabajadores/as, entendemos necesario volcar todos los esfuerzos en construir una alternativa clasista en el seno del movimiento obrero. A la par y central, desarrollar en su seno una tendencia anarquista. Tendencia entendida como espacio o corriente político ideológica compuesta por la militancia anarquista en el movimiento obrero. Nos referimos a grupos o individuos que participando en distintos ámbitos laborales, y sin perder la identidad del grupo de pertenencia, incidamos con una sola voz en la alternativa clasista a participar y construir.
Esto lo entendemos como el punto de partida para un debate fraterno con la militancia libertaria en el ámbito sindical.
[1] De 1716900 ocupados en 1970 paso a 1089360 en 2001. Como sufrió la industria el modelo de los 90’, Clarín 16/5/2004
[2] Informe de situación laboral, Claudio Lozano (IPEF-CTA)
[3] El gobierno de Kirchner, su actual consenso, es una expresión de esta ofensiva.
CRITERIOS GENERALES PARA LA CONSTRUCCION DE AGRUPAMIENTOS SINDICALES
Criterios generales para la construcción de Agrupamientos Sindicales
Por Tendencia Sindical Libertaria
En la perspectiva del cambio social, revolucionario, entendemos que las organizaciones de base de los trabajadores/as ocupan un rol vital e irremplazable. Con este marco general, impulsar y dinamizar la organización de los compañeros/as en nuestros ámbitos laborales es una tarea a la cual debemos destinar gran parte de nuestro esfuerzo militante.
¿Cómo agruparnos?¿Cuándo?¿Con quien? La idea del presente texto es dar unas orientaciones generales para construir instrumentos de y para los trabajadores/as en sus laburos. Como toda orientación general carece de profundidad para un ámbito de trabajo particular. Adecuar estas líneas para un ámbito específico será tarea de cada militante, con el apoyo de la tendencia.
Arrancando desde la nada
En el inicio entendemos vital buscar compañeros/as para agruparse de alguna manera, solo es imposible hacer nada. Todo enfrentamiento con la patronal debe ser de conjunto, solos somos "carne de cañón". Por otro lado partimos de la base de que la conciencia política de nuestros compañeros/as de trabajo generalmente es pobre, en una perspectiva clasista. El criterio ideal para armar una agrupación es que esté integrada por compañeros que sean solidarios, luchadores, honestos, laburantes. En cualquier laburo abundan compañeros con esas características, la cuestión es que no ven la necesidad e importancia de agruparse para plantarse de conjunto ante la patronal.
Si bien lo anterior es una base y representa una línea amplia o no sectaria de construcción, nunca debemos perder de vista el clasismo, la solidaridad, la acción directa, la democracia de base y la independencia del estado, la iglesia y los partidos políticos en gral. Al hablar de clasismo entendemos priorizar el interés histórico del conjunto de los trabajadores/as, con su contenido anticapitalista y antiimperialista. Si bien no es fácil desarrollar estos contenidos, representa la orientación a llevar.
Una consideración especial necesita la militancia de izquierda partidaria. En el caso de compartir nuestro tiempo laboral con ellos, es interesante el acercamiento pero no es imprescindible. No todas las corrientes tienen los mismos criterios. Muchas veces los conflictos nos llevan a juntarnos y eso lo debemos ver como el puntapié inicial para un agrupamiento más amplio.
A la par de buscar compañeros/as, es importante caracterizar el ámbito laboral en general (metalúrgicos, estatales, gráficos, etc.) y particular (el espacio diario de trabajo). También la tradición o experiencias de lucha de los mismos, el rol del delegado, la relación con el sindicato, la relación de fuerzas con la patronal, entre otros puntos. Esto nos permite formar un criterio para ver como movernos.
Todo apoyo externo a cualquier compañero inserto en un trabajo específico (pintadas, volanteadas) debe tener en cuenta lo anterior.
Por Tendencia Sindical Libertaria
En la perspectiva del cambio social, revolucionario, entendemos que las organizaciones de base de los trabajadores/as ocupan un rol vital e irremplazable. Con este marco general, impulsar y dinamizar la organización de los compañeros/as en nuestros ámbitos laborales es una tarea a la cual debemos destinar gran parte de nuestro esfuerzo militante.
¿Cómo agruparnos?¿Cuándo?¿Con quien? La idea del presente texto es dar unas orientaciones generales para construir instrumentos de y para los trabajadores/as en sus laburos. Como toda orientación general carece de profundidad para un ámbito de trabajo particular. Adecuar estas líneas para un ámbito específico será tarea de cada militante, con el apoyo de la tendencia.
Arrancando desde la nada
En el inicio entendemos vital buscar compañeros/as para agruparse de alguna manera, solo es imposible hacer nada. Todo enfrentamiento con la patronal debe ser de conjunto, solos somos "carne de cañón". Por otro lado partimos de la base de que la conciencia política de nuestros compañeros/as de trabajo generalmente es pobre, en una perspectiva clasista. El criterio ideal para armar una agrupación es que esté integrada por compañeros que sean solidarios, luchadores, honestos, laburantes. En cualquier laburo abundan compañeros con esas características, la cuestión es que no ven la necesidad e importancia de agruparse para plantarse de conjunto ante la patronal.
Si bien lo anterior es una base y representa una línea amplia o no sectaria de construcción, nunca debemos perder de vista el clasismo, la solidaridad, la acción directa, la democracia de base y la independencia del estado, la iglesia y los partidos políticos en gral. Al hablar de clasismo entendemos priorizar el interés histórico del conjunto de los trabajadores/as, con su contenido anticapitalista y antiimperialista. Si bien no es fácil desarrollar estos contenidos, representa la orientación a llevar.
Una consideración especial necesita la militancia de izquierda partidaria. En el caso de compartir nuestro tiempo laboral con ellos, es interesante el acercamiento pero no es imprescindible. No todas las corrientes tienen los mismos criterios. Muchas veces los conflictos nos llevan a juntarnos y eso lo debemos ver como el puntapié inicial para un agrupamiento más amplio.
A la par de buscar compañeros/as, es importante caracterizar el ámbito laboral en general (metalúrgicos, estatales, gráficos, etc.) y particular (el espacio diario de trabajo). También la tradición o experiencias de lucha de los mismos, el rol del delegado, la relación con el sindicato, la relación de fuerzas con la patronal, entre otros puntos. Esto nos permite formar un criterio para ver como movernos.
Todo apoyo externo a cualquier compañero inserto en un trabajo específico (pintadas, volanteadas) debe tener en cuenta lo anterior.
¿Con quién nos agrupamos?
¿Qué temáticas trabajar?
Hay que focalizar en uno o dos temas sentidos por el conjunto y sentar posición sobre eso, no conviene diversificar mucho, en todo caso se puede hacer un boletín, y ahí si tocar varias temáticas.
Determinar los temas a trabajar merece a veces un análisis detenido. Seguridad e higiene, acoso laboral, herramientas legales, salario muchas veces son de interés, hay que fijarse cuál es el más sentido por el conjunto y hacer eje en ese. Como criterio general debemos ver las contradicciones que se desarrollan entre los trabajadores y la patronal, ver qué temas se pueden encarar de forma inmediata y de resolución positiva. También fomentar procesos y/o herramientas de democracia directa (participación desde las bases).
Acá vemos la importancia de la información, o sea estar al tanto de datos generales de importancia en el ámbito (convenios colectivos, legislación sindical) y la formación, o sea capacitación técnica (o en caso de no tenerla saber a quien recurrir).
Objetivos de una agrupación
Como libertarios nuestro objetivo inmediato debe ser generar organismos de los/as trabajadores/as que sirvan para luchar por sus intereses y aporten para construir desde hoy otro tipo de relaciones sociales en el sentido de un mundo sin oprimidos ni opresores. O sea instrumentos de los trabajadores/as que permita construir otro tipo de poder, que permita revertir la relación de fuerzas entre los trabajadores/as y la burguesía a favor de los primeros.
Si bien la dinámica nos demuestra que generalmente es difícil desarrollar de entrada una línea anticapitalista, avanzar en las contradicciones antes señaladas buscando la participación y decisión del conjunto de los/as trabajadores (teniendo en cuenta sus propios intereses) nos permite avanzar lenta pero firmemente en una dirección anticapitalista. Por lo tanto aunque no sea explicito la agrupación debe ser anticapitalista, o sea que entienda que los intereses de trabajadores y patrones son contrarios y no hay conciliación posible, que es una lucha que va a existir mientras existan las clases. Esa postura implica una manera de ver el mundo.
La agrupación gremial, en el caso de no contar con el sindicato, cuerpo de delegados u otra instancia orgánica (en otros casos aun contando con el mismo) será la herramienta que intentara de que la lucha no sea sólo gremial sino más política. En este sentido es que hablamos de que la misma aporta a la toma de conciencia del resto de los compañeros/as, o sea que estos se hagan cargo y resuelvan sus problemas desde sus propios intereses, acercando estos procesos en la mediada de lo posible a los ámbitos laborales diarios. La organización que se da en estos niveles es una medida del desarrollo de conciencia. En forma complementaria, la agrupación gremial, es la que intentará trascender del ámbito laboral, vinculando al mismo con el resto de los trabajadores/as de otros ámbitos, aportando experiencias de lucha.
Batallar para que el funcionamiento de las agrupaciones y sindicatos en las que participamos practiquen de verdad la democracia directa, o sea se fomente la participación y la toma de decisión. El combate contra la burocratización y la burocracia es un proceso continuo. Los estatutos de la inmensa mayoría de los sindicatos son profundamente antidemocráticos, hechos a la medida de la burocracia sindical peronista.
Acerca de la construcción subterránea
Es cierto que existen ámbitos laborales donde es posible la construcción pública de agrupaciones. Esto es a lo que apuntamos como herramienta. Pero en el mayor de los casos, es un derecho a conquistar y defender, y es necesaria la construcción subterránea, para evitar despidos, traslados y persecuciones, y para evitar el retraso de la organización.
Hay que ser conscientes de que en este tipo de lucha son inevitables los despidos, pero una cosa es que tengamos bajas en medio del combate y otra es que salgamos antes de la pelea a pasearnos por la trinchera contraria a mojarle la oreja al enemigo. Esto es lo que se hace en las reuniones abiertas a la vista de la patronal y la burocracia.
Por lo tanto la agrupación debe ser sostenida con una agitación sistemática desde afuera, ello nos permitirá detectar posibles buchones, reagrupar compañero/as sueltos, denunciar atropellos de la patronal en volantes, boletines, pintadas, etc.
Tenemos que ser conscientes de que la patronal y la burocracia tienen mucha torta en juego y que no van a permitir alegremente que los trabajadores se la disputemos así nomas. En varias fábricas la patronal llegó a ofrecer a los supervisores un premio al que ubique a los activistas, después del revuelo causado por los materiales distribuidos desde afuera con información que sólo se puede manejar desde adentro.
No hay que olvidarse que la burocracia está acostumbrada a tratar con organizaciones que intervienen a “cara descubierta”, las cuales se saca de encima con el simple trámite de entregarle la lista a la patronal para que las eche.
Es vital la confianza que le tengamos a los compañeros/as que invitemos a la agrupación, para evitar enviados de la patronal o de la burocracia. A veces hay compañeros/as con mayor antigüedad o con inmunidad gremial que pueden ser la cara visible de estos agrupamientos, y están mejor posicionados para acercar nuevos compañeros hasta que el colectivo caracterice que se puede sumar a esta construcción, sin exponer a los demás en caso de una buchoneada.
No vemos este tipo de construcción como un fin, sino como un medio de acumulación y resistencia hasta lograr la correlación de fuerzas necesaria como para dar una lucha a cara descubierta. Debe ser organizada a escala de todas las secciones, capaz de palpar el ánimo de lucha de los compañero/as del conjunto de la planta, hasta en los últimos rincones. La única manera de no correr detrás del espontaneísmo es construir una base sólida y una red segura que articule al conjunto de los compañeros/as.
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